El certificado de AENOR de protocolos frente al COVID-19 es un aval externo de idoneidad y efectividad de las medidas aplicadas por las organizaciones frente al coronavirus. La metodología desarrollada por AENOR está basada en las recomendaciones de organismos nacionales e internacionales, que supone un abordaje completo de la gestión por las organizaciones de los riesgos derivados del COVID-19, con un completo registro de campos como salud y seguridad laboral, limpieza, formación, gestión de residuos, riesgos específicos de las organizaciones, y se alinea con la revisión de sus planes de contingencia y continuidad de negocio.
La certificación AENOR de protocolos frente al COVID-19 impulsa la confianza entre todos los colectivos; un aspecto clave para la recuperación económica y social de los efectos de la crisis del coronavirus. Las instalaciones y servicios que se sometan a la auditoría de AENOR tendrán la seguridad de estar aplicando protocolos adecuados. Además, demostrarán ante clientes, empleados y público en general su compromiso para evitar la propagación del COVID-19.
Las instalaciones y vehículos de Transportes Urbanos y Servicios Generales (TUSGSAL) han conseguido el certificado AENOR de protocolos frente al COVID-19, garantizando así que el servicio de transporte de viajeros que ofrece la compañía es de total confianza.
TUSGSAL ha puesto en marcha un completo plan de medidas preventivas de seguridad y salud para empleados y clientes. Entre ellas destacan la instalación de mamparas en el espacio del conductor en todos los vehículos, la desinfección diaria de toda la flota e instalaciones, la delimitación de los espacios comunes, el establecimiento de las medidas de seguridad sanitaria o la exigencia a los proveedores del cumplimiento de las medidas de protección y seguridad.
La evaluación que ha realizado AENOR valora aspectos como la gestión de riesgos; la gestión de la salud en el trabajo; la formación, información y comunicaciones desarrolladas; protocolos establecidos para diversos escenarios, las medidas organizativas (turnos, trazabilidad de contactos, control de aforo, distancias, pantallas separadoras), de protección (uso de EPIS), así como las buenas prácticas de limpieza, higiene y desinfección, entre otros.