Alimentación y gran distribución

Claves del bienestar animal en el ganado vacuno

Cada vez más organizaciones optan por la certificación de Bienestar Animal de AENOR basado en el Protocolo Welfare Quality®. Se trata del certificado que despierta mayor credibilidad, por su rigor científico –ha sido elaborado por expertos de centros tecnológicos de diversos países europeos- y porque las auditorías se basan fundamentalmente en la observación directa del animal. Aquí se analizan algunos de los aspectos que se tienen en cuenta para evaluar el bienestar animal del ganado vacuno, como zonas de descanso, presencia de heridas o inflamaciones, comportamiento de los animales o recuentos de células somáticas.

Claves del bienestar animal en el ganado vacuno
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Entrevista

José Luis Saiz
CEO-Director General Ejecutivo
Calidad Pascual
Antoni Dalmau
Unidad de Bienestar Animal
Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries
(IRTA)
Sandra Montejano
Industria Agroalimentaria y Distribución
AENOR

La tendencia del mercado en cuanto al aseguramiento del bienestar animal en los animales destinados a la producción de alimentos está claramente en ascenso. Así lo sostienen informes como el Mintel Global Food&Drinks Trends 2018 y el de Llorente & Cuenca (abril 2018), donde se pone de manifiesto la demanda creciente por parte de los consumidores en la compra de productos éticos, entre cuyos aspectos se encuentra el bienestar animal. Esta demanda pasa del 1 % en 2007 a un 22 % en 2017. Surge pues la necesidad de mostrar transparencia al consumidor, tanto en la política de las empresas como en los sistemas de manejo y mejora del bienestar animal por parte de ganaderos e industrias.

 

Debido a esta necesidad se desarrolla en 2014 la certificación AENOR de Bienestar Animal, evaluada junto al Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) -socio tecnológico nacional del Welfare Quality® Network- y basada en el proyecto de investigación Welfare Quality® -financiado por la Unión Europea entre 2004 y 2009 con la participación de investigadores de 44 institutos y universidades-. Su objetivo es ayudar a incorporar el bienestar animal dentro del ADN de las empresas, así como contribuir al compromiso y aprendizaje que dará lugar a una mejora en las condiciones y sistemas de cría de los animales. La apuesta de AENOR por este proyecto se basa en la confianza y el rigor científico de los estudios y criterios de evaluación definidos, evaluando directamente al animal por expertos reconocidos en la materia. En la actualidad, ha emitido varios certificados a empresas lácteas que suponen un total de aproximadamente 450 explotaciones de vacuno de leche certificadas.

La marca AENOR Conform de Bienestar Animal ayuda a decidir al consumidor sobre qué productos dan respuesta a sus necesidades y valores, ya que proporciona una información clara, rigurosa y, sobre todo, contrastada por un tercero independiente

El proyecto Welfare Quality® y sus resultados han supuesto un paso fundamental en la forma de entender el bienestar animal en la Unión Europea. Uno de esos resultados son los protocolos para evaluar el bienestar animal, que van más allá de una sucesión de medidas para evaluar el estado de los animales. En primer lugar, Welfare Quality® supone un consenso, liderado por científicos en ciencias animales y en sociología, acerca de cómo definir el bienestar animal. La creación de las cinco libertades del bienestar animal, publicadas en los años 70 en el Reino Unido, ya dejaba constancia de que no se trataba de una cuestión sencilla y que su definición debía completar conceptos como la nutrición del animal, condiciones de alojamiento, respuesta al estrés, estado emocional (en forma de miedo o dolor) y capacidad del animal para mostrar conductas que le son propias. El Welfare Quality® hereda estos conceptos y los transforma en cuatro principios básicos y 12 criterios que definirán estos principios: buena alimentación, buen alojamiento, buena salud y comportamiento apropiado. El respeto por estos cuatro principios es lo que va a definir el bienestar de un animal o un grupo de animales, en este caso centrándonos en el ganado vacuno. Una vaca puede tener acceso al exterior 24 horas al día, pero si el pasto no le permite alimentarse, el agua está en mal estado, las pendientes hacen que resbale con frecuencia y se hiera en las extremidades, hay depredadores en la zona o parásitos que le generan enfermedades, su bienestar se verá afectado. Por lo tanto, el Welfare Quality® huye de la simplificación y asume la complejidad de definir si tienen esos cuatro grandes principios cubiertos o no.

Poner el foco en el animal

Para definir estos cuatro principios se crean diferentes criterios, y para evaluarlos se necesitan medidas. Así, por ejemplo, en el principio de buena alimentación hay dos criterios: la ausencia de hambre y de sed prolongada. Para la ausencia de hambre prolongada se podría evaluar el estado de los comederos, la comida que hay en el momento de la visita, etc. Sin embargo, el Welfare Quality® parte de una premisa que es también su sello de identidad. Se trata de valorar el bienestar de las vacas, no sólo poniendo el foco en las instalaciones, lo que supuso también un cambio de rumbo en la Unión Europea desde el año 2009 cuando se presentan estos protocolos.

Así pues el Welfare Quality® se centra en la condición corporal, no en cómo están los comederos. Son los animales los que dirán si tienen un balance energético adecuado, no las instalaciones. La problemática radica en cómo identificar la buena o mala condición corporal de un animal. Y aquí es donde se centró, principalmente, el trabajo de las más de 400 personas que participaron en el proyecto durante cinco años. Esto es, en definir las medidas, la forma de tomarlas, evaluar su validez (asegurarse de que miden realmente lo que pretende), su repetibilidad (diferentes personas pueden evaluar de igual manera a los mismos animales), su practicidad (se obtendrá un resultado tras la salida de la granja sin necesidad de esperar a resultados de laboratorio), sus umbrales (qué porcentaje de animales con determinados problemas se asume como inaceptable) y la generación de un material de entrenamiento que sirva para futuros evaluadores del protocolo. En este sentido, hay que destacar que es necesario un curso de entrenamiento y el certificado de competencia en el uso de los protocolos para afirmar que se está trabajando realmente con los protocolos Welfare Quality®, pues las medidas basadas en el animal necesitan entrenarse.

Una de las ventajas de Welfare Quality® es que las medidas que incluye no sólo pueden utilizarse para auditar el bienestar animal, sino que ayudan a los ganaderos a identificar puntos críticos que les permitan mejorar el estado general de su ganado vacuno

Otras medidas que también tiene en cuenta el protocolo Welfare Quality® son el tiempo que tarda la vaca en echarse (si tarda más de seis segundos desde que inicia el movimiento hasta que lo termina indica que tiene problemas); porcentaje de animales fuera de la zona de descanso, lo que pone de manifiesto que dicha zona no es confortable; grado de suciedad (de nuevo, una mala zona de descanso genera animales sucios); presencia de cojeras moderadas y severas; zonas sin pelo, heridas o inflamaciones; o presencia de tos, diarrea o descargas vulvares. Asimismo, el protocolo determina la observación durante dos horas del comportamiento de las vacas, donde se evalúan conductas sociales negativas como golpes de cabeza, persecuciones, desplazamientos, peleas o situaciones en las que se molesta a compañeras haciéndolas levantarse. También tiene en cuenta la relación entre el humano y el animal a través del test de miedo que permite realizar una evaluación general del estado emocional de las vacas mediante una metodología validada por un instituto de Escocia (SRUC) en los últimos 15 años. A todo ello se añaden valoraciones como cuántas horas al día y días al año tienen acceso al pasto, si se atan en algún momento, si se les amputan los cuernos y cómo se lleva a cabo este proceso en caso de realizarse, el número de bebederos y estado de los mismos, porcentaje de partos distócicos, vacas caídas o mortalidades en los últimos 12 meses y que los recuentos de células somáticas no superen las 400.000.

Mejora continua

Todo lo expuesto compone el protocolo de valoración del bienestar animal para vacuno lechero, que en una granja media puede suponer un tiempo de evaluación sobre los animales de aproximadamente seis horas. Los grandes puntos a favor de este protocolo son su complementariedad en cuanto a las medidas seleccionadas, el foco que pone en los animales y no en las instalaciones y que constituye el proyecto más ambicioso que se ha realizado nunca en la Unión Europea en materia de bienestar animal. Por el contario, sus principales hándicaps radican en la necesidad de disponer de auditores realmente entrenados en el protocolo y el tiempo necesario para hacer una evaluación en la granja.

Por ello, es realmente destacable que España y Finlandia estén actualmente a la cabeza en el uso de estos protocolos para certificar el bienestar de las vacas de leche. Además, el protocolo sigue un proceso de mejora continua, para lo que Welfare Quality Network, un consorcio formado por centros de investigación que participaron en el proyecto, sigue hoy en día trabajando y entrenando a los expertos, ya que aplicar Welfare Quality® implica hacerlo con la totalidad del protocolo, no solo una parte, y con expertos con competencia demostrable según los cursos que hay habilitados para este fin.

 

Otra ventaja de Welfare Quality® es que las medidas que incluye no sólo pueden utilizarse para auditar el bienestar animal, sino que ayudan a los ganaderos a identificar puntos críticos que les permitan mejorar el estado general de su ganado vacuno. Hay que tener en cuenta dos cosas importantes. En primer lugar, que uno de los cuatro principios de Welfare Quality® es el de Buena Salud, y es evidente que un animal con mejor salud dará una leche de mayor calidad con menores recuentos de células somáticas, por ejemplo. Segundo, el resto de parámetros del protocolo que no son directamente de salud, también tendrán una influencia sobre esta. De hecho, cualquier elemento que dificulte la vida de un animal supone un factor de estrés, que hace disminuir la energía disponible que se destina al sistema inmunitario; con el tiempo el estrés acaba bajando las defensas de los animales e, indirectamente, favoreciendo una peor salud y calidad de la leche. De hecho, el estado del sistema inmunitario se utiliza como un buen indicador de estrés crónico en los animales por esta razón. Finalmente, hay que tener en cuenta que un animal sometido a factores de estrés es un animal más costoso desde un punto de vista puramente biológico. Cada factor de estrés que tiene que afrontar una vaca supone un coste energético que desvía energía de otras funciones orgánicas. Una de las funciones más afectadas es la reproductiva y, lógicamente, la producción de leche. Por ello, cuanto más le cueste a un animal adaptarse a su entorno menos leche y de peor calidad va a producir.

Adali Morales

Jefa de Marketing

CLUN

 

"En CLUN los certificados AENOR en nuestras leches ÚNICLA son el reflejo de nuestro compromiso ambiental y nuestra apuesta por el bienestar animal. La certificación en Bienestar Animal basada en el referencial europeo Welfare Quality® obtenida en el año 2016, no sólo constituye una parte de nuestra política de responsabilidad social, sino que además tiene un impacto positivo en la calidad de nuestro producto. Garantizando nuestro método de calidad de principio a fin, desde las granjas de nuestros socios ganaderos, hasta el producto que llega a las mesas de nuestros consumidores."

Compromiso con el consumidor

Para que todo lo expuesto se convierta en una realidad es necesario llevar a cabo un sistema de evaluación del bienestar animal exhaustivo, serio, riguroso y realizado por expertos. Sólo así se podrá garantizar el compromiso en esta materia por parte del sector alimentario con los consumidores que libremente deciden optar por productos de origen animal. En este sentido, la certificación de Bienestar Animal de AENOR se ha convertido en una gran aliada para generar esa confianza, transparencia y apuesta por la incorporación del bienestar animal en la cadena alimentaria. La marca AENOR Conform de Bienestar Animal ayuda a decidir al consumidor sobre qué productos dan respuesta a sus necesidades y valores, ya que proporciona una información clara, rigurosa y, sobre todo, contrastada por un tercero independiente.

 

Para conseguir este certificado se realizan valoraciones bajo un sistema de puntuación desarrollado en Welfare Quality®; la marca se otorga bajo la premisa de la obtención de una puntuación mínima requerida, partiendo del cumplimiento con la legislación vigente en materia de bienestar animal. Además, se contempla la implantación de un sistema de trazabilidad que asegure que únicamente los productos que han superado favorablemente los criterios de certificación puedan hacer uso de la Marca AENOR Conform en los envases de producto final.

Entrevista

José Luis Saiz
CEO-Director General Ejecutivo
Calidad Pascual

¿Cuáles son los motivos del compromiso de Calidad Pascual con el Bienestar Animal?

 

Puede que el concepto Bienestar Animal suene a una nueva moda, a una reciente tendencia de preocupación ciudadana y empresarial, pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que en Pascual llevamos más de 30 años trabajando con nuestros ganaderos en la construcción de un modelo de gestión ganadera propio y diferencial en el que uno de los capítulos está dedicado al Bienestar Animal. La adaptación de nuestros requisitos de Bienestar Animal a los definidos por Welfare Quality® ha sido sencilla y rápida fruto del trabajo en el campo que Pascual viene realizando desde sus orígenes.

 

¿Por qué han optado por un modelo alineado con Welfare Quality?

 

Desde hace años, la Organización Mundial de Sanidad Animal viene reivindicando la necesidad de elaborar normas homologables internacionalmente sobre el Bienestar Animal, construidas sobre bases científicas y desde el consenso entre los países miembros. La relevancia es tal, que la UE decidió crear un comité de expertos, el Welfare Quality® Project, que integra en la cadena alimentaria los conceptos del Bienestar Animal. Se desarrolló un método para evaluar el Bienestar Animal en la granja, y así poder transmitir esta información desde los ganaderos a través de toda la cadena de producción, hasta llegar a los consumidores. La certificación AENOR Conform es la única operando actualmente en España que puede garantizar los requisitos establecidos en Welfare Quality®.

 

Nuestros procesos productivos se centran en alcanzar los máximos estándares de calidad y eficiencia y están alineados con las principales normas internacionales, algo que se termina percibiendo en el producto. Por ello, hemos optado por un modelo alineado con el máximo estándar europeo para las auditorías en granja.

 

¿Cómo valoran los ganaderos la relación entre bienestar  y competitividad de las granjas?

 

El bienestar de los animales es uno de los pilares en la producción láctea que tiene un impacto directo en la calidad del producto, así como en el funcionamiento y gestión de la ganadería. Las granjas tienen que ser sostenibles a todos los niveles: social, ambiental y económico. Tienen que garantizar la viabilidad de la ganadería en el futuro. La misión de Pascual es ayudar a los ganaderos a mejorar su competitividad y la calidad global del sector, mediante nuevos modelos de colaboración innovadores y de largo plazo. Y el bienestar animal es precisamente una gran apuesta a largo plazo.

 

¿Cómo beneficia al consumidor esta certificación?

 

El elemento diferencial de nuestra leche y, por ende, el mayor beneficio para el consumidor siempre ha sido la calidad. Esta se consigue gracias al sumo cuidado con el que trabajamos en cada fase de la cadena de valor, empezando por el cuidado de las vacas. En Pascual damos lo mejor de nosotros para ofrecerles la mejor leche.

 

Ahora, simplemente lo que hemos hecho es poner en valor todo el trabajo que llevamos años haciendo en el campo, certificándonos en Bienestar Animal. No todas las leches son iguales. Hay leche… y leche de bienestar animal garantizado, como Leche Pascual, y queremos poner en valor esta diferenciación única y clave para el consumidor.

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