AENOR ha desarrollado un esquema de certificación para la gestión de las redes de agua en un entorno de ciudades inteligentes y sostenibles. Para conseguir el certificado, se evalúan las métricas que permiten medir la mejora del servicio al ciudadano, y garantizan la máxima eficiencia e integración en el entorno. Estas métricas deben apoyarse en herramientas TIC, abordan todo el ciclo del agua y se basan en cuatro áreas principales: protección ambiental, eficiencia energética, eficiencia operativa y relación con el ciudadano.
José Andrés Martínez
Gerente Sector Construcción
AENOR
Según datos de Naciones Unidas, se estima que para el año 2050, dos tercios de la población mundial vivirá en entornos urbanos con decenas de millones de habitantes que consumirán el 75 % de los recursos naturales del planeta.
Si tomamos como ejemplo a España, donde las grandes ciudades no superan en el mayor de los casos los cinco millones de habitantes y comprobamos el esfuerzo que supone una correcta racionalización de los recursos básicos que consumimos en estos núcleos urbanos, sin duda la transformación digital hacia la ciudad inteligente se hace no solo necesaria sino vital para los próximos años. Ciudades inteligentes que basarán su actividad en la prestación de servicios públicos y que se deberán apoyar de forma intensiva en herramientas fundamentadas en las tecnologías de la información y de las comunicaciones.
Transición hacia la ciudad inteligente
Las ciudades modernas, asentadas en infraestructuras y servicios eficientes y sostenibles, deben orientarse a mejorar la calidad de vida y aprovechamiento del tiempo de los ciudadanos, siendo cada vez más eficaces económicamente; a la vez que respetan al máximo los aspectos ambientales manteniendo una gestión óptima de los recursos naturales no renovables. Todo ello en un entorno de gobernanza colaborativa.
Big data, Internet de las Cosas (IoT), inteligencia artificial, servicios cloud, tecnología móvil y 5G, sensorización y ciberseguridad son términos a los que tendremos que acostumbrarnos para realizar esta transición. Estas tecnologías serán básicas para que las ciudades inteligentes sean una realidad y las organizaciones no tendrán más opción que implementarlas si desean participar en una ciudad conectada.
Aquellas ciudades o comunidades que logren los objetivos propuestos a través de las inversiones adecuadas en capital humano, aspectos sociales, infraestructuras de redes de servicios, tecnologías de la información y de las comunicaciones e infraestructuras de transporte podrá considerarse que han realizado la transición hacia la ciudad inteligente. Para alcanzar estos retos, los diferentes agentes pueden apoyarse en el marco normativo que desde el año 2015 se viene desarrollando en la Asociación Española de Normalización, UNE, para facilitar una transición armónica y paulatina hacia la ciudad inteligente. Desde su Comité Técnico de Normalización CTN 178 Ciudades inteligentes se está desarrollando todo un abanico de normas técnicas que pretenden cubrir el espectro de necesidades básicas de lo que se considera necesario en una ciudad inteligente. El desarrollo de estas normas facilita alinear las estrategias con los enfoques de ciudad inteligente promovidos tanto en el ámbito nacional e internacional por los organismos de normalización y las instituciones públicas.
Infografía: DanielPineda.es
Evaluación de la conformidad
AENOR ha desarrollado la certificación de la gestión de las redes de agua en un entorno de ciudades inteligentes y sostenibles. Esta certificación se realiza de conformidad con los requisitos establecidos en el reglamento particular de AENOR, E06.01, que a su vez se fundamenta en los criterios de la Norma UNE 178101-1 Ciudades Inteligentes. Infraestructuras. Redes de los Servicios Públicos. Parte1: Redes de aguas.
Si bien la certificación AENOR de las redes de agua no es la primera certificación que desarrollamos en el contexto de las ciudades inteligentes -actualmente se certifican los destinos turísticos inteligentes y los datos abiertos (Open Data)-, sí se trata de la primera certificación que evalúa las infraestructuras que dan servicio a las ciudades inteligentes que constituyen el primer nivel de contribución al modelo de funciones aplicables a una ciudad o comunidad inteligente.
El propósito buscado de la certificación AENOR de redes de aguas es la evaluación del compromiso de las organizaciones con el desarrollo sostenible para equilibrar los aspectos económicos, sociales y ambientales, con el objetivo de conseguir las necesidades de las ciudades o comunidades de una manera más efectiva y eficiente, tal y como define la propia Norma UNE 178101-1.
Para ello, se evalúan las métricas que permiten medir la mejora del servicio al ciudadano, a la vez que se garantiza la máxima eficiencia y una fácil integración en el entorno. Todo ello, en el contexto de las ciudades inteligentes, por lo que para alcanzar estas metas las organizaciones se deberán apoyar en herramientas tecnológicas avanzadas que promueven un uso intensivo de las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC). Estas métricas, que abordan todo el ciclo del agua, desde la captación en los embalses u otras fuentes hasta su reutilización o devolución al ecosistema en condiciones saludables, se basan en cuatro áreas principales que cubren todas las oportunidades que se deben tener en cuenta: protección ambiental, eficiencia energética, eficiencia operativa y relación con el ciudadano.
Asimismo, la certificación AENOR incorpora una verificación anual de los datos aportados por la organización respecto a 21 indicadores de la inteligencia de las redes de agua definidos en la normativa, que no podrán tener una antigüedad superior a 12 meses. Estos datos, que deben aportarse previamente a la evaluación, permiten comprobar que la gestión de las redes de aguas se mantiene dentro de los umbrales establecidos para una infraestructura que se declara como inteligente y tienen como objetivo obtener una puntuación global del cumplimiento con los requisitos de la norma.
Para realizar esta evaluación, AENOR se apoya en su experto equipo auditor que verifica cómo la organización tiene implementadas las herramientas TIC y el sistema de gestión necesario para dar adecuado tratamiento a cada una de las oportunidades declaradas.
Durante el proceso de evaluación, se visitarán aquellos centros de explotación necesarios para la correcta verificación de las exigencias de la normativa. No obstante, dado el entorno TIC que debe haber implementado la organización, muchos de los aspectos podrán ser constatados de forma centralizada
Gestión de las fases
Una organización podrá acceder a la certificación AENOR de redes de aguas en ciudades inteligentes cuando entre sus competencias se encuentren, al menos, las actividades relativas a la gestión de las fases de abastecimiento del agua y facturación a los clientes.
Durante el proceso de evaluación, se visitarán aquellos centros de explotación necesarios para la correcta verificación de las exigencias de la normativa. No obstante, dado el entorno TIC que debe haber implementado la organización, muchos de los aspectos podrán ser constatados de forma centralizada.
La evaluación pretenderá determinar que en cada fase del ciclo declarada por la organización se han incorporado las herramientas tecnológicas y equipos suficientes que permiten la gestión de la red de forma inteligente. Para confirmar esto, AENOR ha establecido una serie de exigencias mínimas que deberán constatarse en las visitas que se realizan a las organizaciones:
- Requisitos organizacionales, de formación y capacitación
- Sensorización y segmentación de la red
- Herramienta para el análisis de los datos que permita la predicción de futuros escenarios y toma de decisión de forma autónoma
- Herramienta que permita la gestión de la infraestructura en remoto tanto en captación, aducción y tratamiento del agua
- Herramienta que haga posible la captación de datos de forma remota de la red de abastecimiento y saneamiento, permitiendo actuar con antelación ante incidencias, mejorar el rendimiento de la red y tomar de decisión de forma autónoma
- Herramientas de software comercial
- Plataforma tecnológica para la interrelación con el cliente
- Herramienta que permita la gestión ambiental del ciclo del agua digitalmente
- Cartografía digital completa
- Herramientas de regulación (telecontrol, telemando y telelectura)
- Procesos y software necesario para garantizar la seguridad de la información de las herramientas tecnológicas desarrolladas para la gestión de la red de agua.
Declaración de verificación de datos
Durante la evaluación se comprobará la trazabilidad de los datos de los indicadores de la inteligencia que previamente aportó la organización, llegando hasta su fuente y comprobando la coherencia de los resultados.
Como resultado de esta evaluación, AENOR emite una declaración de verificación de datos, que se reevalúa anualmente, confirmando que la declaración de los valores de la organización es correcta.
A su vez, se concede un certificado AENOR que avala que la organización ha implementado las políticas, procedimientos y herramientas tecnológicas necesarias que garantizan que ha realizado la transformación digital que le permite operar en un entorno de ciudades inteligentes.
Las evaluaciones con periodicidad anual, tienen como objeto comprobar si se mantienen las condiciones que dieron lugar a la concesión inicial de dicho certificado.
Durante el periodo de validez del certificado, la organización debe enviar de manera previa a la realización de la auditoría anual, la actualización de los indicadores de la inteligencia correspondientes al año anterior, que no deberán tener nunca una antigüedad mayor a tres meses respecto a la fecha prevista de la realización de esta.
Aguas de Calpe, perteneciente al grupo Global Omnium, y la Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla (EMASESA) han sido las primeras gestoras de redes de aguas que han recibido esta certificación. Ambas han colaborado con AENOR en el desarrollo del referencial de certificación y se han prestado a superar las primeras evaluaciones en sus instalaciones, permitiendo comprobar la adecuación de la certificación al objetivo previsto en la normativa.
Pensando en el futuro
Los proyectos de ciudad inteligente necesitan convertirse en realidades con impacto en la gestión municipal y en la vida del ciudadano, ya que bajo el concepto de ciudad inteligente se enmarcan una serie de políticas de desarrollo y gestión de los servicios urbanos que sientan las bases para un desarrollo sostenible y con un grado razonable de calidad de vida para sus ciudadanos.
Se espera que a la certificación de las redes de aguas les siga el resto de las redes de los servicios públicos. De esta forma, redes de acceso y transporte, redes de energía o de telecomunicación podrán ser certificadas como herramienta demostrativa de cumplimiento de los requisitos que se establecen a estas infraestructuras en el marco de las ciudades inteligentes.
Por otro lado, si tenemos en consideración que las ciudades o comunidades deben empezar a realizar la transformación digital y el amplio panorama de normas que se están generando en el ámbito de las ciudades inteligentes, no parece arriesgado predecir que en un futuro próximo la demanda de certificaciones en cualquiera de sus perspectivas irá en aumento.
Es por ello que en AENOR, y en línea con el compromiso de generar confianza entre las organizaciones y la sociedad, seguimos analizando tanto la metodología como la planificación y la operativa a corto y medio plazo en este ámbito para poner en marcha procesos de certificación que den respuesta a aquellas necesidades que se comienzan a demandar en el contexto de las ciudades inteligentes.
"La continuidad del suministro de agua pasa por la transformación digital"
Juan Luis Pozo
Director del Área de Sostenibilidad Corporativa
Global Omnium
¿Qué motivó a Global Omnium a apostar por la certificación de gestión inteligente de la red de agua?
En la mayor parte de la geografía en la que gestionamos el agua, de no realizar una gestión inteligente del abastecimiento ya no podríamos decir que “cuando abramos un grifo, tendremos la absoluta certeza de que saldrá agua en calidad y cantidad suficientes”; la certificación nos aporta haber realizado una evaluación de conformidad por tercera parte independiente, que avala que gracias a nuestra gestión inteligente podemos seguir afirmando esa cuestión básica, para tranquilidad y confianza de nuestros ciudadanos.
¿Qué supone para el grupo Global Omnium la transformación digital?
En un país seco como España, donde los recursos hídricos de agua dulce decrecen progresivamente, sin la transformación digital no podríamos garantizar la continuidad de un servicio público esencial, al mismo tiempo que, como beneficio adicional nos hemos convertido en la ciudad europea con la mayor eficiencia hídrica real, gracias a la telelectura.
En España no será posible en un futuro inmediato garantizar la continuidad del suministro de agua en calidad y cantidad suficientes sí no se ha acometido una transformación digital completa de toda la gestión del ciclo integral del agua.
¿Qué retos ha supuesto este proceso de certificación?, ¿qué beneficios y mejoras han detectado?
Los retos han sido innumerables por la necesidad de someter a una prueba de estrés a nuestra plataforma Smart City, lo que nos ha aportado como beneficio y mejora el contraste de la eficiencia de la respuesta de nuestra inteligencia artificial a cuestiones cuantitativas adicionales a los parámetros de transformación digital considerados indiscutibles. Esta prueba de estrés genera un escenario donde la autocomplacencia o la zona de confort del propio cuadro de mando de la plataforma Smart City se cuestiona y evalúa por una tercera parte independiente, lo que al final genera un proceso de mejora continua.
¿Cómo se integra este certificado con el resto de certificaciones del grupo?
Complementa una agrupación de cuatro certificaciones que nosotros denominamos de nivel superior, y que representan nuestra aportación de conocimiento y especialización a la gestión del ciclo integral del agua. Estas certificaciones son la ISO 55001 de Gestión de Activos, la ISO 31000 de Gestión de Riesgos y la ISO 22301 de Continuidad de Negocio, todas ellas certificaciones en las que tenemos el honor, o bien de haber sido la primera empresa certificada en Europa, o bien la primera empresa del sector.