Cinco pasos para lograr la Certificación Control y Gestión de enfermedades infecciosas

Las organizaciones del siglo XXI se enfrentan a desafíos significativos para poder prevenir y gestionar los riesgos asociados a la aparición de nuevas enfermedades infecciosas en un mundo cada vez más globalizado. Así, la pandemia originada por el COVID-19 puso de manifiesto cuán vulnerable puede ser una organización ante brotes epidémicos, lo que motivó el desarrollo por parte de la Organización Internacional de Normalización (ISO) de una norma específica para abordar estos desafíos: la Norma ISO 45006.

En este escenario, la certificación AENOR Control y Gestión de enfermedades infecciosas de acuerdo con la Norma internacional ISO 45006 ayuda a las organizaciones a poner en marcha medidas dirigidas a prevenir, controlar y gestionar las enfermedades infecciosas en el entorno laboral.

Cualquier organización, sin importar su tamaño o sector, puede implantar la Norma ISO 45006 y lograr la certificación AENOR Control y Gestión de enfermedades infecciosas. Así, organizaciones del sector sanitario, industrias con mayor exposición a patógenos, u oficinas o comercios pueden beneficiarse de esta certificación.

Sin embargo, la certificación AENOR Control y Gestión de enfermedades infecciosas es especialmente relevante para organizaciones:

• Con empleados en contacto directo con el público.

• Que operan en sectores de alto riesgo de exposición a enfermedades infecciosas, como el sector sanitario o producción alimentaria.

• Con trabajadores en múltiples ubicaciones o que viajan frecuentemente.

Las organizaciones que quieran implantar con éxito la certificación AENOR Control y Gestión de enfermedades infecciosas deben seguir cinco pasos clave para asegurarse de que gestionan los riesgos asociados de manera efectiva:

• Evaluación de riesgos. Las organizaciones deben identificar los agentes infecciosos a los que están expuestas sus actividades y trabajadores, considerando las características de las enfermedades infecciosas específicas.

• Jerarquía de controles. Se debe priorizar la eliminación de los riesgos cuando sea posible, implementar mejoras o adecuación a infraestructuras (como mejorar los sistemas de ventilación). Y, finalmente, adoptar medidas de gestión y el uso de equipos de protección personal (EPP).

• Comunicación efectiva. Es fundamental establecer una comunicación bidireccional con los empleados, manteniéndolos informados sobre los riesgos, controles implementados y cómo deben actuar ante casos sospechosos de enfermedad.

• Participación de los trabajadores. Hay que involucrar a los empleados en la planificación y ejecución de medidas de control, y fomentar una cultura de seguridad donde se promueva el reporte temprano de posibles contagios.

• Implementación flexible. Debe adaptarse a las circunstancias cambiantes de la organización, especialmente ante la aparición de nuevos brotes o la necesidad de ajustar las medidas según las normativas locales o nacionales.

La certificación AENOR Control y Gestión de enfermedades infecciosas ofrece a las organizaciones una serie de beneficios, tanto en el ámbito operativo como estratégico:

• Reducción de riesgos para la salud de los trabajadores. Al implementar controles efectivos, las organizaciones pueden reducir significativamente el riesgo de transmisión de enfermedades, protegiendo tanto a los empleados como a otras partes interesadas, como clientes o proveedores.

• Continuidad del negocio. La certificación asegura que la empresa tiene planes de contingencia sólidos, lo que minimiza interrupciones en las operaciones durante brotes epidémicos o pandémicos.

• Cumplimiento regulatorio. Las organizaciones pueden asegurarse que cumplen con la legislación relativa a la salud y seguridad en el trabajo.

• Contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Especialmente en lo relacionado con el ODS 3 Salud y el bienestar, ya que contribuye directamente a garantizar entornos laborales más seguros y saludables. Y con el ODS 8 Trabajo decente y el crecimiento económico, al poner en marcha acciones para minimizar el absentismo laboral por enfermedad y minimizar interrupciones en la prestación del servicio.

• Mejora del bienestar de los empleados. Promueve un entorno de trabajo más seguro, lo que mejora el bienestar y reduce el absentismo laboral.

• Reducción de costes asociados a brotes de enfermedades. Menos días de enfermedad, menores costes asociados a bajas laborales y mejor uso de recursos.

• Reputación corporativa. Las organizaciones demuestran su alto compromiso con la salud y seguridad, mejorando su imagen interna y externa.

También puede integrarse con las certificaciones de Sistema de Gestión de la Calidad según la Norma ISO 9001 y Ambiental con la ISO 14001. Y es que, asegura que las organizaciones gestionen de manera efectiva los riesgos relacionados con la calidad del servicio o producto, especialmente en sectores donde las enfermedades infecciosas pueden afectar directamente la producción o la calidad del servicio. Y que alineen los esfuerzos para reducir su impacto ambiental con las medidas para controlar la propagación de enfermedades infecciosas, por ejemplo, en la gestión de residuos biológicos.

Por todo ello, la certificación AENOR Control y Gestión de enfermedades infecciones integrada con otras certificaciones sitúa las organizaciones en la vanguardia de la gestión de riesgos. Además, garantiza un entorno de trabajo seguro y preparado para enfrentar cualquier eventualidad en el futuro. Su implementación efectiva no solo minimiza riesgos, sino que también fortalece la resiliencia organizativa y demuestra un fuerte compromiso con la salud y el bienestar de sus profesionales.

Esta certificación se suma a las soluciones de la Plataforma de Confianza de AENOR “Fomentar la seguridad y la salud en el trabajo”.

La pandemia de COVID-19 nos demostró la importancia de la gestión de las enfermedades infecciosas, especialmente en el sector sanitario. Sus consecuencias han sido profundas y variadas, pero nos ha dejado lecciones aprendidas que no podemos olvidar.

Transinsa, empresa de transporte sanitario en el Principado de Asturias, lleva en su ADN velar por la calidad y seguridad en el desarrollo de su actividad. Por este motivo, reaccionó con rapidez frente al COVID-19 buscando todos los medios posibles para garantizar la seguridad de usuarios y personas trabajadoras ante esta amenaza.

Comenzó con la certificación AENOR de Protocolos frente al COVID-19 en agosto de 2020 y continuó mejorando la gestión ante esta amenaza hasta ser pionera, en abril de 2021, en la obtención de la certificación AENOR de Seguridad y Salud frente al COVID-19 en el Trabajo de acuerdo con la Norma UNE-ISO/PAS 45005, que aportaba directrices para un trabajo seguro durante la pandemia.

Pero una vez finalizada la pandemia, Transinsa era consciente que la gestión adecuada de riesgos similares era fundamental en el futuro, y las lecciones aprendidas debían seguir aplicándose, extendiéndose a otras enfermedades infecciosas potenciales a las que podríamos enfrentarnos en el futuro.

Estos son los motivos por los que Transinsa comenzó el proyecto para la implantación de los requisitos de la Norma ISO 45006. Gracias a la trayectoria de Transinsa en la gestión de riesgos del COVID-19, ya se habían implantado en la organización procedimientos específicos que eran de utilidad para el cumplimiento de los requisitos de la nueva norma. Así, el proyecto consistió en una adaptación y ampliación de las herramientas de gestión de las que ya disponíamos.

Aun así fue un reto complejo, ya que se trataba de buscar la implantación de soluciones y herramientas eficaces para la actuación ante situaciones potenciales y sus riesgos asociados, lo que da lugar a muchos escenarios que hay que analizar. Pero pese a la dificultad, la garantía de seguridad para las personas de nuestra organización, usuarios y colaboradores es de un valor inestimable que merece el esfuerzo.