Casos prácticos / Servicios

Compromiso ambiental en el Ejército del Aire

El Ejército del Aire español es el primer Ejército OTAN en certificar la totalidad de sus Unidades con la Norma ISO 14001 de Sistema de Gestión Ambiental. AENOR ha evaluado la conformidad de este proceso de certificación, cuyo alcance cubre operaciones aéreas y apoyo a las mismas; vigilancia del espacio aéreo; mantenimiento de aeronaves, vehículos sistemas de telecomunicaciones e infraestructuras; formación, instrucción y adiestramiento del personal militar; actividades deportivas; y servicios de alojamiento y hostelería. Se trata del resultado de un camino que comenzó hace más de 20 años y aquí se analiza su recorrido.

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Fotografías: Tareas de reforestación ejecutadas por la Unidad Militar de Emergencias en una Base Aérea
Capitán Iván González López
Sección de Protección Medioambiental
Ejército del Aire
Segregación de residuos no peligrosos en una Base Aérea.

Los Sistemas de Gestión Ambiental (SGA) en las Fuerzas Armadas comenzaron a implantarse en 1996, a raíz de un estudio piloto iniciado en el Comité de la OTAN de Desafíos de la Sociedad Moderna. Este estudio aunó a 29 países, aunque no todos siguieron el mismo esquema internacional: Reino Unido optó por la Norma BS 7750, Canadá por la CSA Z750, algunos países por el Reglamento EMAS y, finalmente, otro grupo –entre los que se encontraba España– optó por la Norma ISO 14001. Las conclusiones del estudio piloto, publicadas en marzo del año 2000, indicaban que, si bien las diferencias entre los diferentes esquemas eran mínimas, se recomendaba la Norma ISO 14001 por diferentes motivos. Entre ellos, que era el único estándar reconocido en el ámbito mundial y que presentaba sinergias con otras normas ya extendidas, como la serie ISO 9000.

En España, la sensibilidad ambiental en el ámbito de las Fuerzas Armadas se inició incluso antes de la ‘Cumbre de la Tierra’. No obstante, ya en 1978 nuestra Constitución estableció en su artículo 45.1º: Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo. Y añade en el siguiente apartado (45.2º): Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva.

 

Esta responsabilidad requería de una actitud ejemplarizante por parte de las Fuerzas Armadas. Así, en 1992, se publica la primera Directiva relativa a Defensa y Medio Ambiente, aunque el verdadero cambio surge con la publicación de la Directiva 107/1997 del Ministro de Defensa. Esta Directiva ordena que se implementen Sistemas de Gestión Ambiental (SGA) en la estructura de las Fuerzas Armadas, basados en la ISO 14001. De esta manera, se establecen tres SGA piloto, uno por cada uno de los tres Ejércitos: Tierra, Armada y Aire. La Unidad pionera en el Ejército del Aire fue la Base Aérea de Getafe, en Madrid, que obtuvo su certificación en junio del año 2000, siendo la primera Unidad del Ejército del Aire certificada y la segunda de las Fuerzas Armadas.

Evolución del número de Unidades Mantenedoras de Infraestructuras del Ejército del Aire certificadas con ISO 14001

Evolución del número de Unidades Mantenedoras de Infraestructuras del Ejército del Aire certificadas con ISO 14001

Dentro de la mejora continua, el Sistema de Gestión Ambiental del Ejército del Aire comienza a incorporar elementos como cálculo de la huella de carbono, gestión integral del riesgo o gestión de la energía de acuerdo con la Norma ISO 50001 como nuevos retos de gestión para los próximos años

Afrontar los retos con éxito

Los retos a los que hubo que enfrentarse para culminar con éxito el proceso de certificación fueron múltiples:

 

  • Ausencia de personal militar con formación ambiental. La gestión ambiental no es una formación contemplada en las enseñanzas regladas de las Academias del Ejército del Aire. Asimismo, a pesar de que entre los militares existe un amplio elenco de titulaciones técnicas, ninguna de estas cubría los conocimientos requeridos para el enfoque multidisciplinar que necesita la gestión ambiental. De esta manera, las primeras personas asignadas a puestos de responsabilidad ambiental tuvieron que aprender a base de ensayo y error. En este sentido, las auditorías externas resultaron ser una herramienta de aprendizaje excepcional. Además, el personal encargado de la gestión ambiental lo hacía sin perjuicio de sus otros cometidos y guardias, lo que implicaba una sobrecarga de trabajo.
  • Cambio de paradigma. Todas las actividades en las Unidades del Ejército del Aire tienen por misión obtener la máxima capacidad operativa. La incursión de los SGA supuso detraer recursos humanos, técnicos y económicos de ese concepto. Además, explicar y concienciar a todo el personal militar y civil de las ventajas de los SGA resultó muy complicado. En primer lugar, porque varias normativas eximen a las actividades militares, generando un cierto concepto intuitivo de que la legislación civil no aplicaba a las instalaciones militares; y, en segundo lugar, porque obligaba a todos los trabajadores a modificar su forma de entender y realizar sus tareas cotidianas. Para lograr el cambio de cultura fue necesaria una actuación pedagógica constante e intensa.
  • Ausencia de partidas económicas específicas. Los créditos destinados a medio ambiente se incluyen dentro de los dedicados a Infraestructuras. Los medios con los que cuenta el Ejército del Aire son de alta tecnología y deben de estar en constante evolución para hacer frente a las amenazas actuales y futuras. Para el Ejército del Aire, las Bases Aéreas son el elemento esencial de la Fuerza y deben de garantizar un funcionamiento ininterrumpido en todo momento. Por estos motivos, mantener la superioridad tecnológica requiere grandes inversiones. Compaginar la implantación de los SGA sin comprometer la capacidad operativa ha resultado –y sigue resultando– un equilibrio difícil de mantener.
  • Antigüedad de las instalaciones. Las instalaciones militares suelen ser muy antiguas; por ejemplo, la Base Aérea de Cuatro Vientos tiene sus orígenes en 1911. Además, muchas Unidades no han sido siempre gestionadas por el mismo responsable de infraestructuras, como es el caso de las Bases Aéreas de Torrejón, Zaragoza o Morón, en las que la titularidad de parte de sus instalaciones fue cedida a las Fuerzas Aéreas de los EE. UU. hasta los años 90 del siglo pasado. Por estos motivos, la trazabilidad de la documentación antigua no siempre se ha podido garantizar.
  • Diversidad de actividades. Las Unidades del Ejército del Aire presentan un acervo de actividades de lo más variadas, asimilándose más a pequeñas ciudades que a una empresa al uso. En un mismo emplazamiento se puede encontrar talleres de aviación, depuradoras, alojamientos, talleres de pintura, talleres de automoción, cocinas, equipamiento deportivo, desalinizadoras, estaciones de tratamiento de agua potable, escuelas, oficinas, centros de comunicaciones, carpinterías, sistemas de calefacción tipo district heating, etc. De esta manera, la especialización en todos estos procesos y la normativa sectorial que es de aplicación hace que el número de requisitos legales que hay que considerar sea muy elevado.
Punto limpio de una Unidad del Ejército del Aire.

Posteriormente a la certificación de la Base Aérea de Getafe, se siguieron sumando nuevas Unidades al esquema ISO 14001. En el año 2011 se genera una novedad en el ámbito normativo, con la publicación de la Instrucción 56/2011 del Secretario de Estado de la Defensa, que desarrolla con mayor ambición la gestión ambiental en los Ejércitos, incluyendo el concepto de eficiencia energética, y estableciendo como obligatoria la certificación de los SGA implantados.

 

El Ejército del Aire, mientras tanto, utilizaba por primera vez en el año 2007 un SGA multiemplazamiento con método de auditoría muestral, concretamente en el Mando Aéreo de Canarias (Base Aérea de Gando, Aeródromo Militar de Lanzarote y Acuartelamiento Aéreo de Las Palmas), al que siguió en el año 2009 el SGA de la totalidad de los Escuadrones de Vigilancia Aérea.

Política ambiental común

Sin embargo, en las auditorías internas se venía detectando que los procedimientos de los SGA implantados iban divergiendo unos de otros, si bien todos estaban basados en los inicialmente implantados en la Base Aérea de Getafe. Asimismo, las políticas ambientales se definían en el ámbito de Jefe de Unidad. Por ello, en el año 2014 se suprimen todas las políticas ambientales existentes hasta el momento y se crea la Política Ambiental del Ejército del Aire, firmada al máximo nivel por el Jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire (JEMA). Esta política se renovaría en el año 2017 para adaptarla a la nueva versión de la Norma ISO 14001:2015.

Eliminación de depósitos enterrados de gasóleo C en una Base Aérea.

Ya con una Política Ambiental común, publicada tanto en inglés como en español, se requería profundizar en la estructura medioambiental que se tenía que desarrollar en el Ejército del Aire. En octubre de 2016 se publica la Instrucción General 90-31, aprobada también por el JEMA, que establece la organización procedimental del SGA del Ejército del Aire (SGAEA), la estructura mínima de personal según el tipo de Unidades, el funcionamiento de las auditorías internas y las responsabilidades generales.

Mientras tanto, basándose en la organización y responsabilidades aprobadas en la IG 90-31, se iban creando los que serían los procedimientos corporativos del Ejército del Aire. Estos procedimientos se pusieron a prueba por primera vez en enero de 2017 con la certificación de una Unidad nunca antes auditada externamente: el Aeródromo Militar de León. Se trataban de los primeros procedimientos del Ejército del Aire adaptados a la versión 2015 de la Norma ISO 14001. La auditoría resultó un éxito, tanto por la rapidez en que el SGA fue implantado –tres meses– como por lo adecuados que resultaron los procedimientos.

 

De esta manera, en octubre de 2017 el General Director de Ingeniería e Infraestructuras del Mando de Apoyo Logístico del Ejército del Aire aprobó los 11 procedimientos del SGAEA. Estos procedimientos son iguales para las 48 Unidades Mantenedoras de Infraestructuras (UMI) del Ejército del Aire, así como para las Unidades Inquilinas que en ellas ejercen actividades.

Segregación de residuos peligrosos en el interior de un hangar.

El concepto de UMI se refiere a la Unidad responsable del mantenimiento de una instalación militar, aunque dentro de dicha instalación existan otras Unidades diferentes. En cualquier caso, todas estas Unidades están sujetas al SGAEA, incluyendo Unidades que no son propiamente del Ejército del Aire, como la Unidad Militar de Emergencias, la Agencia Española de Cooperación y Desarrollo, destacamentos de Guardia Civil, las Fuerzas Aéreas de EE. UU., etc. Por ejemplo, en la Base Aérea de Torrejón se ubican 36 Unidades distintas en las que trabajan más de 5.000 personas, sin contar con todas las empresas, proveedores y contratistas que dan servicio a las mismas.

Una vez implantados los procedimientos del SGAEA en todas las Unidades, y aprovechando la experiencia de las certificaciones multiemplazamiento, se opta por este sistema de auditoría por el ahorro de costes que supone (cercano al 70 %). Este método de auditoría externa obligó a enfatizar la formación de auditores internos y la realización de un exhaustivo programa anual de auditorías internas que permitiera mantener la mejora continua en todas las Unidades, fueran o no auditadas externamente en el muestreo que la certificadora realiza cada año.

 

De esta forma, en junio de 2018 se certifica de manera corporativa 33 UMI, unificándose bajo un único SGA todos los SGA independientes, mientras que las 15 UMI restantes se incorporan al certificado en noviembre de 2018. Este hito supone que, justo 20 años después de la primera implantación del SGA de la Base Aérea de Getafe, el Ejército del Aire sea el primer Ejército de la OTAN en certificar la totalidad de sus Unidades (48 UMI y sus más de 25.000 integrantes) bajo un esquema de gestión ambiental basado en la ISO 14001:2015.

 

El alcance de la certificación queda definido por las siguientes actividades:

 

  • Operaciones aéreas y apoyo a las mismas.
  • La vigilancia del espacio aéreo.
  • Mantenimiento de aeronaves, vehículos, sistemas de telecomunicaciones e infraestructuras.
  • Formación, instrucción y adiestramiento del personal militar.
  • Actividades deportivas.
  • Servicios de alojamiento y hostelería.

 

Lejos de suponer un final de camino, en el Ejército del Aire se es consciente de la responsabilidad que conlleva el logro obtenido. Por ese motivo, dentro de la mejora continua, el SGAEA ha comenzado a incorporar elementos como el cálculo de la huella de carbono, la gestión integral del riesgo o la gestión de la energía de acuerdo con la Norma ISO 50001 como nuevos retos de gestión para los próximos años.

Notas

(1) Final report NATO-CCMS Pilot Study on Environmental Management Systems in the Military Sector (March 2000).

(2) Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo(CNUMAD), Río de Janeiro (junio, 1992).

Números anteriores

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