Andalucía se ha convertido en la primera comunidad autónoma en aprobar una metodología para la compensación de las emisiones de CO2 mediante la generación de carbono azul. AENOR se encarga validar esta metodología y su aplicación en proyectos de absorción reales.
Inmaculada Tola y Ana Belén Pinilla
Oficina Andaluza de Cambio Climático
La Ley 8/2018, de 8 de octubre, de medidas frente al cambio climático y para la transición hacia un nuevo modelo energético en Andalucía, tiene como uno de sus objetivos Establecer los objetivos y medidas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero e incrementar la capacidad de los sumideros de CO2, todo ello teniendo en cuenta los objetivos que al respecto marquen la Unión Europea y el Gobierno de España, para llevar a cabo una transformación ordenada de nuestra economía hacia una economía baja en carbono y resiliente al clima.
En el artículo 37 de la esta Ley se regulan los proyectos de absorción de emisiones de gases de efecto invernadero y sus tipologías. Reconoce, entre otros, los de reforestación y restauración de masas forestales (carbono forestal) o los de conservación o restauración de humedales y praderas de fanerógamas marinas (carbono azul), así como la inscripción de los mismos y de las unidades de absorción generadas en el Registro del Sistema Andaluz de Compensación de Emisiones (SACE), teniendo en cuenta la coordinación con el Registro nacional de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono creado mediante el Real Decreto 163/2014, de 14 de marzo.
Para perseguir tal finalidad, desde la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul se están llevando a cabo diversas iniciativas para impulsar este tipo de actuaciones. Se trata tanto de compensar la huella de carbono que desde la propia Administración se produce por su propia actividad, como atender la creciente demanda de organizaciones que de manera voluntaria, dentro de sus programas de responsabilidad corporativa, quieren reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero; y están interesadas en la ejecución de proyectos de compensación, que ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, en el marco del SACE.
Líneas de trabajo
Desde 2015, la Junta de Andalucía impulsó, dentro de las políticas de lucha contra el cambio climático el proyecto Life Blue Natura participando como socio. Los principales objetivos del proyecto son la caracterización y cartografía de los citados hábitats, el cálculo de los stocks y flujos de carbono en los mismos y la creación de instrumentos (estándar y proyectos de absorción de carbono) que permitiesen la inclusión de proyectos de conservación/restauración de marismas de marea y praderas de fanerógamas marinas en el mercado voluntario de carbono.
En el marco de este proyecto se ha desarrollado una primera versión de un estándar para los proyectos de carbono azul, con las máximas garantías de replicabilidad en el ámbito internacional, que establezca los requerimientos para la verificación, certificación y auditoria, así como los requisitos para que un proyecto pueda ser considerado de fijación de carbono azul.
Tras ello, y como garantía adicional, la Junta de Andalucía ha encargado a AENOR la validación de este Estándar Andaluz de Carbono Azul para obtener conclusiones acerca de su grado de aplicabilidad y las metodologías desarrolladas antes de su aplicación práctica en proyectos de absorción reales, incluyendo una revisión exhaustiva de la metodología de cálculo, la validación de la herramienta de estimación de absorciones y un análisis del Estándar Andaluz de Carbono Azul.
Así, coordinado desde la Oficina Andaluza de Cambio Climático (OACC), desde AENOR se ha analizado el proyecto desarrollado y la importante oportunidad que puede suponer, no sólo en el ámbito regional, sino nacional e internacional, disponer de una herramienta que permita a las organizaciones alcanzar sus objetivos de reducción mediante compensación.
La validación del Estándar por parte de una entidad de verificación externa independiente como AENOR permite propiciar los proyectos de carbono azul de iniciativa privada y hacer extensible los proyectos piloto de la Consejería a otras localizaciones de Andalucía, como por ejemplo las Marismas del Odiel y otros ecosistemas similares, así como su exportación en el ámbito nacional y europeo.
Valor del proyecto
Tras la presentación y publicación del estándar para la certificación de créditos de carbono azul, el impulso a estos proyectos pasa por su puesta a disposición pública de los proyectos piloto impulsados por la Junta de Andalucía, centrados en actuaciones para restauración de las praderas de posidonias de Cabo de Gata y la vegetación asociada a las marismas de marea de la Bahía de Cádiz.
Para ello, se ha constituido un grupo de trabajo (#BlueCarbonHub) con diversas entidades interesadas de diferente índole y que supone abrir el camino a que la ejecución de este tipo de proyectos de absorción sean una realidad futura, además refrendada por la Junta de Andalucía. Es importante resaltar la innovación que implica, así como el esquema de colaboración público-privada, que conlleva retos que suponen la necesidad de establecer no sólo las herramientas técnicas, sino los innovadores mecanismos jurídicos necesarios.
Asimismo, pone en valor el Estándar Andaluz de Carbono Azul, tanto por la definición metodológica sobre cómo se han de realizar los proyectos de compensación de emisiones por carbono azul, como por su acompañamiento de herramientas, entre ellas, una calculadora de absorciones diseñada con la colaboración de la Universidad de Cádiz.
Validación del estándar
Con estas líneas de actuación, desde la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul se pretende continuar con el impulso de los proyectos de compensación de emisiones difusas de gases de efecto invernadero, tanto en el ámbito público como privado, como mecanismo de lucha frente al cambio climático y de preservación de la biodiversidad andaluza, que además suponen la activación económica en los emplazamientos donde se desarrollen, fundamentalmente de ámbito rural.
Es importante resaltar que además de luchar contra los efectos del cambio climático, estos proyectos preservan y mejoran los ecosistemas andaluces, a la par que una economía verde local en torno a las zonas donde se realizan las actuaciones, especialmente de ámbito rural.
Los proyectos de absorción de emisiones a través de carbono azul ofrecen oportunidades que podrían contribuir a la mitigación y adaptación al cambio climático con soluciones basadas en naturaleza, desarrollando así una hoja de ruta que hace uso de las características y capacidades únicas de las costas, constituyendo adicionalmente una fuente de financiación para la restauración de ecosistemas y planteando mecanismos futuros que puedan dar valor a otros servicios complementarios.
Además, entre las tipologías de proyectos de compensación posibles, destacan las de carbono azul por su representatividad en Andalucía debido a la elevada presencia de ecosistemas litorales, muchos de ellos ubicados en Parques Naturales y áreas protegidas. Estos proyectos de carbono azul ofrecen oportunidades que podrían ayudar a Andalucía a mitigar el cambio climático. Son soluciones basadas en la naturaleza que permiten aprovechar las capacidades únicas de sus costas, clave para el futuro en una comunidad que cuenta con 1.100 kilómetros de litoral.
¿Qué es el carbono azul?
Los ecosistemas marinos y terrestres absorben aproximadamente la mitad de las emisiones de CO2 producidas por la actividad humana. Por tanto, resulta esencial la conservación de estos hábitats que capturan y almacenan el carbono, contribuyendo de forma notable a la mitigación del cambio climático.
El llamado carbono azul es el carbono capturado por los océanos del mundo y los ecosistemas costeros, siendo distinto del carbono verde que es aquel almacenado por los bosques y sus suelos. El carbono capturado por los organismos que viven en los océanos se almacena en forma de biomasa y sedimentos, principalmente en los manglares, marismas de marea y praderas de fanerógamas marinas.
Estos pueden secuestrar de tres a cinco veces más carbono que los bosques tropicales, y mantenerlo depositado miles de años sin que vuelva a la atmósfera, por lo que representan sumideros de carbono extremadamente eficientes y eficaces, bautizados como sumideros de carbono azul. Por tanto, su conservación y protección son de vital importancia, ya que su degradación puede convertirlos en fuentes de emisiones de carbono.