"La certificación nos ayuda a trasmitir aún más confianza a nuestros stakeholders"

El origen de la  Fundación Juan XXIII es familiar: mis padres la pusieron en marcha hace 57 años con un colegio de Educación Especial acogiendo a 17 pequeños con discapacidad intelectual que, de lo contrario, habrían seguido viviendo a la sombra de la sociedad, excluidos y sin un futuro.

El principal objetivo era que estos niños tuviesen una oportunidad de vida digna. Esto les sirvió para ser conscientes de que cuando los alumnos superaban la etapa educativa, era necesario buscar soluciones de tipo laboral y ocupacional.

En estos años hemos ido creciendo y hoy contamos con cuatro grandes áreas para llevar a cabo nuestra labor. Educativa, que se refiere tanto a la Educación Especial como a la labor de sensibilización que realizamos. Formativa, en la que ponemos el foco en la formación de calidad para poder acceder a un empleo también de calidad. Apoyos, donde ofrecemos muchos tipos de servicios, como terapia ocupacional, centro de día, rehabilitación laboral o atención temprana, entre muchos otros, y Empleo, dirigida a la inserción de estas personas en el mercado laboral.

Actualmente, Fundación Juan XXIII está integrada por unas 3.500 personas; de ellas, casi 800 están en plantilla, la mayoría personas con discapacidad, bien a través del empleo protegido o trabajando en nuestro Centro Especial de Empleo. Nuestro impacto social alcanza alrededor de las 27.000 personas, entre alumnos, usuarios de distintos servicios, familias, asistentes a charlas de sensibilización, participantes en jornadas de voluntariado, convivencias, etc.

Nuestra actividad está muy diversificada tanto en servicios de atención como en los productos y servicios que vendemos a terceros. La causa de esta complejidad es que las personas con vulnerabilidad psicosocial no son en absoluto un conjunto homogéneo y ello implica multitud de servicios y enfoques distintos.

Pero, a su vez, tenemos que competir en el mercado con empresas ordinarias que ofrecen productos y servicios de calidad, y debemos igualarlos o incluso mejorarlos. Esto nos obliga a estar presentes en muchos sectores diferentes.

Así, contamos con nueve divisiones distintas de empleo donde se ofrecen productos y servicios muy diversos: Catering y Restauración, Digital Data, Eventos Responsables, Logística Integral, Outsourcing, Regalos y Suministros de Empresas, Marketing Directo y Manipulados, Soluciones Verdes y Juan Energy.

Nuestro claim “Para toda la vida” tiene su origen en nuestro Plan Estratégico de 2016 en el que decidimos abarcar todas las etapas de la vida y todos los servicios que una persona en situación de vulnerabilidad psicosocial pueda requerir en cada una de ellas.

En Atención Temprana cuidamos de los más pequeños desde su nacimiento a nivel preventivo y terapéutico. De ahí, pasamos a la edad educativa en nuestro colegio de Educación Especial JUAN XXIII-Buenafuente o en aulas estables e integradas en colegios ordinarios.

En función de sus necesidades de apoyo posteriormente pueden incorporarse al Centro Día o al Centro Ocupacional, o recibir formación a través de nuestro Centro de Formación para el Empleo, que tiene como objetivo formar a personas en situación de vulnerabilidad psicosocial susceptibles de acceder a un puesto de trabajo. Cuenta con una tasa de inserción laboral del 41 % y con una amplia oferta de cursos con certificados de profesionalidad y acuerdos con diferentes universidades.

A través de nuestros Servicios de Empleo, protegido, con apoyo o enclave laboral, buscamos emplear a estas personas en organizaciones ordinarias. Contamos también con el Centro de Rehabilitación Laboral donde creamos entornos favorables que ayuden a las personas con enfermedad mental a adquirir o recuperar hábitos necesarios para mejorar su empleabilidad, fomentando su inclusión en el mundo laboral.

Las Soluciones Habitacionales se basan en pisos tutelados o pisos supervisados con el objetivo de que las personas que así lo deseen, puedan llevar una vida autónoma.

Por último, el Servicio de Tutela consiste en el asesoramiento legal y social para establecer las medidas de apoyo voluntarias o judiciales que cualquier persona pueda necesitar. Con los últimos cambios normativos este servicio principalmente pretende que la persona, con los apoyos necesarios, pueda tutelarse a sí misma. Esto se puede conseguir estableciendo los apoyos de manera voluntaria o bien a través del procedimiento judicial correspondiente con el fin de definir los apoyos que se prestarán por el curador.

Ha sido un proceso intenso pero muy enriquecedor; y estamos muy orgullosos de ser la primera entidad del Tercer Sector y la séptima en España en lograr este sello de AENOR.

La certificación de Sistema de Gestión de Compliance nos ha ayudado a analizar muchísimos procesos y a revisar nuestras áreas. Lo hemos llevado a cabo a todos los niveles y con la participación y el compromiso tanto del órgano de gobierno, que es el Patronato, como del órgano de gestión, pasando por todas las áreas, divisiones, direcciones y gerencias.

La metodología de trabajo ha sido tan minuciosa que nos ha ayudado a poner en situación procesos que a veces se dan por supuestos, mejorándolos y anticipándonos a los posibles riesgos. Todo ello con el foco puesto en la mejora continua y el rigor en el cumplimiento normativo. Y es que, la obtención de la certificación no es el final de este camino: hay que mantenerla viva día a día y seguir ampliando su alcance.

El modelo nos ha permitido instaurar controles y procesos internos rigurosos y eficientes para ayudarnos a identificar, evaluar y mitigar eficazmente los riesgos asociados a nuestras operaciones.

A través del Sistema de Gestión de Compliance hemos identificado los bloques normativos que nos son aplicables, los riesgos y las consecuencias de su incumplimiento y los controles a instaurar para evitarlo. Hay que tener en cuenta que nuestra actividad implica muchos riesgos ya que, como he comentado antes, llevamos a cabo muchísimas actividades diversas con personas muy diferentes.

Además, dentro de nuestra estructura contamos tanto con la figura del Chief Compliance Officer como con el Comité de Compliance.

Sin duda, en el caso de las fundaciones, todo lo que sea ir más allá del cumplimiento normativo va a sumar confianza en todos nuestros stakeholders porque ayuda a comunicar la transparencia de nuestra actividad, así como nuestro compromiso con la sociedad.

Al ser una entidad del Tercer Sector contamos con importantes incentivos fiscales establecidos por ley, ya que se nos reconoce una labor con un peso social muy importante. Por ello, tenemos la obligación de rendir cuentas de una manera transparente y rigurosa para mantener la confianza de la sociedad. En este sentido, hemos apostado por la certificación AENOR de Sistema de Gestión del Compliance para garantizar esa confianza de estar ante una entidad que trabaja por la excelencia, la transparencia y la seguridad.

Y me gustaría animar también a otras entidades de nuestro sector a que apuesten por esta certificación ya que se trata de una herramienta que pone el foco en el buen gobierno, en la transparencia y el rigor del cumplimiento normativo.

La certificación de Sistemas de Gestión de Compliance se integra totalmente con nuestros criterios ESG y los ODS. Concretamente en lo relativo al ODS 16 Paz, justicia e instituciones sólidas, incluyendo tres metas que guardan estrecha relación con el cumplimiento normativo: reducir considerablemente la corrupción y el soborno en todas sus formas, crear a todos los niveles instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas y, garantizar la adopción en todos los niveles de decisiones inclusivas, participativas y representativas que respondan a las necesidades.

Por lo tanto, nos ayuda mucho a avanzar en este camino, a ser más eficaces y a mostrar nuestro compromiso con el buen gobierno, el control interno y la transparencia.

Predicar con el ejemplo es lo más importante, es decir, que la diversidad sea auténtica y por ende protegerla. Siempre digo que donde hay diversidad hay alegría.

Por otro lado, son claves la fraternidad y la justicia entendidas en el contexto cristiano, pero a su vez son valores universales que todos compartimos. Además, también son importantes dentro de este liderazgo inclusivo la comunicación, la flexibilidad, la equidad, la transparencia y la mejora continua, basada en un modelo colaborativo.

Por ejemplo, nuestra experiencia en ese sentido es muy positiva. De hecho, el Plan Estratégico lo construimos con la participación de todas las personas a través de jornadas donde se aportan diferentes visiones, fortalezas, debilidades, oportunidades de mejora… Fomentamos mucho la comunicación y mejora continua basada en la colaboración, el diálogo y la escucha a través de distintas actividades, como los encuentros Fundación somos todos, que celebramos una vez al mes, o los desayunos con empleados.

Destacaría el Proyecto Campus, con el que queremos dar un salto cualitativo muy importante en el área de formación para el empleo.

Y otro proyecto que pasa por la apertura de un centro en la zona de Retiro-Atocha con la vocación de acercar físicamente todos nuestros servicios a los ciudadanos de Madrid. En este sentido, me gustaría destacar que para nosotros es fundamental el apoyo que recibimos por parte del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid, que concierta muchos de los servicios que prestamos.

Fomentar una cultura interna de control de riesgos, de compromiso con el buen gobierno y la transparencia, vigilando constantemente el rigor en el cumplimiento normativo, y que todo ello impacte tanto en nuestros stakeholders como en la sociedad. Una certificación rigurosa como el sello AENOR de Sistemas de Gestión de Compliance UNE-ISO 37301, basada en normas internacionales, contribuye al fomento de esta cultura.

Lo que esperamos de una entidad certificadora como AENOR es rigor y colaboración. Es muy importante que las certificaciones estén basadas en normas internacionales reconocidas y que las entidades certificadoras que las conceden estén acreditadas como ocurre con ENAC en el caso de AENOR. Creo que certificaciones voluntarias como la de Gestión de Compliance según la UNE-ISO 37301 se convierten en una excelente opción desde el punto de vista del pragmatismo social.

En Gonvarri pensamos que la acción social va mucho más allá de la aportación económica a las organizaciones sin ánimo de lucro a las que apoyamos.

A través de una colaboración constante y activa, Gonvarri tiene un impacto significativo en la labor de las ONG y en los proyectos que estas llevan a cabo.

La colaboración entre empresas y ONG permite una mayor visibilidad y alcance para ambas partes. Por un lado, las empresas pueden hacer uso de su capacidad de comunicación para dar a conocer la labor que están realizando las ONG que apoyan. Esto no solo incrementa la conciencia pública sobre los problemas que aborda la ONG y contribuir al desarrollo de proyectos y programas sostenibles en el largo plazo. Gonvarri también aporta conocimientos y experiencia en áreas como gestión de proyectos, sostenibilidad, innovación y tecnología, poniendo su grano de arena en el éxito de los proyectos y para asegurar su continuidad en el tiempo.

La colaboración también puede ser una fuente valiosa de aprendizaje mutuo. Las empresas pueden aprender mucho de las ONG acerca de la realidad social en la que operan, así como de las necesidades y demandas de las comunidades locales. De esta manera, pueden orientar sus estrategias y prácticas empresariales para ser más responsables y sostenibles.

Por su parte, las ONG pueden aprender mucho de las empresas acerca de la gestión eficiente de recursos, la organización y el trabajo en equipo, habilidades que pueden aplicar a su propia gestión y operaciones internas.

En la actualidad, Gonvarri trabaja con diferentes ONG en los diferentes países en los que opera, centradas en cuatro líneas: discapacidad, seguridad vial, ayuda humanitaria y formación a jóvenes.

La implicación de Gonvarri con la ONG es, normalmente, muy alta, bien participando en los órganos de gobierno de la entidad, bien interactuando con la entidad.

En el caso de la Fundación Juan XXIII, puedo contar una anécdota que explica muy bien la vinculación que surge entre ONG y empresas. En una de las ocasiones en las que celebramos reuniones con directivos o clientes en la sede de la institución, con el objetivo de acercarnos personalmente a su tarea y conocer más en detalle su trabajo, invitamos a un alto directivo de una gran multinacional a acompañarnos. El directivo en cuestión, con gran prestigio internacional y cierto tono distante con las personas, tuvo la ocasión de visitar con nosotros el impresionante trabajo que hace la fundación, pasando por las diferentes áreas de su sede: desde las personas con más necesidades de apoyo al centro ocupacional. Fue tal el impacto que el conocimiento de la labor de Fundación Juan XXIII en él que, cuando comenzó su charla magistral, se derrumbó recordando lo que acababa de ver y poniendo en contexto su trabajo con los graves problemas existentes en la sociedad en la que vivimos.

Pues bien, sirva la anécdota para resumir el tipo de vinculación que nos une con las entidades de acción social que apoyamos: una implicación personal de nuestros equipos que emociona y empuja a todos los que nos rodean.