La Validación del cumplimiento del principio DNSH de AENOR permite demostrar a las entidades que quieran acceder a los fondos Next Generation EU que han evaluado y gestionado los impactos ambientales, de salud y equidad social de sus proyectos. Conoce en qué consiste esta solución.
Ignacio Bañeres
Técnico de Sostenibilidad Medioambiental
AENOR
La implementación del principio DNSH es crucial para garantizar que los fondos Next Generation EU se utilicen de manera sostenible y responsable por parte de las entidades que acceden a estas ayudas.
Esto implica que, como parte de la evaluación de las solicitudes de ayudas para cualquier tipo de proyecto, la Administración está exigiendo a los solicitantes una validación por parte de una entidad acreditada por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC), como AENOR, que demuestre dicho cumplimiento para garantizar que la autodeclaración de la organización solicitante tiene una base técnica sólida, es razonable y está suficiente y apropiadamente justificada.
Y es que, AENOR incorporó ya hace un año la acreditación ENAC para la Validación del cumplimiento del principio DNSH, que se suma a las soluciones AENOR Project Trust para impulsar el acceso de las empresas a los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
La Validación del cumplimiento del principio DNSH responde a la exigencia de la Administración a los solicitantes de ayudas de una validación por parte de una entidad acreditada como AENOR que demuestre el respeto de la legislación europea para que todas las reformas o inversiones que se ejecutan dentro del PRTR cumplen con el principio de “no causar un perjuicio significativo” (DNSH, por sus siglas en inglés).
Evaluar y minimizar impactos negativos
El principio DNSH se aplica en diferentes ámbitos, desde la inversión y la financiación, hasta la producción y el consumo de bienes y servicios. En esencia, se trata de evaluar y minimizar el impacto negativo que puede tener una actividad en el medio ambiente, la sociedad y la economía, y garantizar que no se causen daños significativos.
Para lograrlo, el principio DNSH se basa en la evaluación del ciclo de vida completo de un producto o servicio, desde su producción hasta su eliminación, y se enfoca en minimizar los impactos negativos en todas las etapas. De esta manera, se busca garantizar el cumplimiento de los criterios de sostenibilidad establecidos por la Unión Europea y contribuir a la transición hacia una economía más sostenible y baja en carbono.
Estrategias clave para implementar el principio DNSH
Fondos Next Generation
El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) guía la ejecución de los fondos europeos y movilizará los recursos con los que cuenta España gracias al instrumento Next Generation EU. Para ello, detalla una completa agenda de inversiones y reformas especificando las metas, objetivos e indicadores para su seguimiento y control.
Todas las medidas que incorpora cumplen el principio de “no causar un perjuicio significativo” al medio ambiente (do no significant harm o DNSH) a los objetivos medioambientales recogidos en el Reglamento (UE) 2020/852:
- Mitigación del cambio climático.
- Adaptación al cambio climático.
- Uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos.
- Economía circular, incluidos la prevención y el reciclado de residuos.
- Prevención y control de la contaminación a la atmósfera, el agua o el suelo.
- Protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas.
Estos seis criterios son los que el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) ha adoptado para garantizar que cada reforma e inversión del PRTR cumple con el principio de no causar un perjuicio significativo. Los Estados miembro no tienen la obligación de hacer referencia a los criterios técnicos de selección del Reglamento de Taxonomía, pero tienen la opción de basarse en los mismos para evaluar el cumplimiento del principio DNSH.
La implementación efectiva del principio DNSH en la asignación de fondos Next Generation es crucial para garantizar que estos proyectos sean sostenibles y no causen daño significativo al medio ambiente y la sociedad.
En definitiva, la Comisión Europea ha establecido que los proyectos financiados por los fondos Next Generation deben estar en línea con los objetivos del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y la Estrategia Europea del Clima. Por tanto, deben promover la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la eficiencia energética y el uso de energías renovables.
Estrategias clave
Para garantizar una implementación efectiva del principio DNSH en la asignación de fondos Next Generation, se requieren estrategias específicas:
Evaluación de impacto ambiental: Todos los proyectos financiados por los fondos Next Generation deben someterse a una evaluación de impacto ambiental antes de su aprobación. Esta evaluación debe analizar los impactos ambientales y sociales potenciales del proyecto y determinar si se cumplen los requisitos de la legislación ambiental de la UE.
Participación pública: La participación pública en la evaluación de impacto ambiental y en la toma de decisiones es esencial para garantizar una implementación efectiva del principio DNSH.
Seguimiento: Es fundamental establecer un sistema de monitoreo y seguimiento de los proyectos financiados por los fondos Next Generation. Permite evaluar si los proyectos están cumpliendo con los requisitos ambientales y sociales establecidos y tomar medidas correctivas en caso de que se identifiquen impactos negativos significativos.
Integración de la sostenibilidad en la toma de decisiones: La Comisión Europea ha establecido que los proyectos deben ser seleccionados en base a su contribución a los objetivos de la UE en términos de cambio climático, biodiversidad, uso eficiente de recursos, economía circular y cohesión social.
Evaluación del ciclo de vida: Es una herramienta importante para analizar los impactos ambientales de los proyectos a lo largo de su ciclo de vida completo, desde la extracción de materias primas hasta la disposición final. La evaluación del ciclo de vida permite identificar oportunidades para reducir los impactos negativos y mejorar la sostenibilidad de los proyectos.
Enfoque en la justicia social: Es importante garantizar que los proyectos no tengan impactos negativos en las comunidades locales, especialmente en aquellas que ya son vulnerables o marginadas.
Formación y educación: Son esenciales para garantizar que las personas involucradas en la implementación de los proyectos tengan el conocimiento y las habilidades necesarias para aplicar el principio DNSH. Incluye capacitación en evaluación de impacto ambiental, evaluación del ciclo de vida, monitoreo y seguimiento, participación pública y justicia social.