¿Cómo identificar productos sostenibles?

La certificación de productos ha acompañado a AENOR desde el inicio de su actividad hasta hoy. Y es que la Marca AENOR N, con la estrecha colaboración de muchas asociaciones sectoriales, ha mantenido un elevado peso específico en la actividad global de evaluación de la conformidad de AENOR.

La Marca AENOR N ha ido evolucionando, adaptándose a las diferentes circunstancias constituyendo siempre un valor añadido de aporte de confianza en los diferentes sectores donde está presente.

Con esa misma disposición afronta los retos actuales que el sector, la reglamentación, los mercados y la sociedad ahora demanda. Todo ello para mantener su prestigio y reconocimiento en los niveles adecuados para seguir aportando valor a la actividad que AENOR presta en este ámbito.

Así, con el objetivo de impulsar la transformación de los sectores industriales hacia un mayor compromiso con la sostenibilidad, nace la Marca AENOR N Sostenible, la primera certificación en nuestro país que respalda que un producto es sostenible desde un enfoque ESG (Ambiental, Social y de Gobernanza).

Se trata de una evolución natural de la histórica Marca AENOR N que incorpora aspectos de sostenibilidad alineándola con las preocupaciones reales de la sociedad, las tendencias de la Unión Europea y los compromisos de descarbonización del sector de la construcción para el año 2050.

Este nuevo sello refuerza la apuesta estratégica de AENOR por la Marca N de calidad de los productos, que ya distingue a más de 100.000 productos presentes en 53 países. Ahora, reconoce también factores de sostenibilidad, analizando productos de los sectores industrial y de la construcción conforme, al menos, a 20 indicadores. A los de calidad, se suman criterios para las nuevas exigencias ambientales, sociales y de gobernanza.

El resultado, tras el proceso de certificación, es un índice numérico que refleja de manera clara y comparable el compromiso sostenible del fabricante. Dicho índice permite, además, comprobar su evolución sostenible en el tiempo, ya que año a año se va renovando y motiva a un esfuerzo de mejora continua.

Además, acompañará a esta industria en la obtención de ayudas provenientes de los mencionados fondos europeos de recuperación.

De igual modo, esta nueva certificación permite a los decisores -arquitectos, profesionales del sector de la construcción o administraciones públicas- qué productos utilizarán para asegurarse de que, con esa elección, están garantizando el buen comportamiento ambiental, económico y social. Asimismo, contribuirá a acelerar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 y al desarrollo social e industrial, promoviendo de manera directa o indirecta una variedad de objetivos sociales, como la creación de empleo, erradicación de la pobreza, igualdad de género, normas laborales, mayor acceso a la educación y cuidado de la salud, aspectos todos ellos medidos con la Marca AENOR N Sostenible.

Tras el proceso de certificación, se obtiene como resultado un índice numérico que refleja de manera clara y comparable el compromiso sostenible del fabricante. Dicho índice permite, además, comprobar su evolución sostenible en el tiempo, ya que año a año se va renovando y motiva a un esfuerzo de mejora continua.

Este índice vendrá dado por la evaluación de indicadores que valorarán todo el espectro de dimensiones de la sostenibilidad siguiendo la siguiente metodología:

• Sobre la organización se evaluarán indicadores de las dimensiones sostenibles de calidad, medio ambiente, social y económica.
• Sobre el producto se evaluarán indicadores de las dimensiones sostenibles de calidad y medio ambiente.

El punto de partida es que el producto esté certificado con la Marca AENOR N. Por ello, la Marca AENOR N Sostenible se ha definido en coordinación con los sectores de construcción e industriales, donde ya se encontraba implantada la Marca AENOR N. Esta implicación ha sido más que necesaria con el fin de determinar los indicadores de sostenibilidad más afines a las características propias de cada sector.

Para facilitar este proceso, AENOR elaboró y compartió con los diferentes sectores una extensa lista de indicadores que evaluarían tanto las estrategias organizacionales dirigidas a satisfacer las expectativas en cuanto a criterios de sostenibilidad existentes en la sociedad, así como como los que lo harían sobre el proceso de fabricación y el propio producto que hay que certificar.

Si bien cada sector ha decidido que indicadores de sostenibilidad se aproximaban más a sus necesidades, desde AENOR se establecieron unos criterios mínimos que deberán cumplirse en todas las Marcas N Sostenible sectoriales. El objetivo no ha sido otro que mantener la homogeneidad en la certificación aún en diferentes familias de productos.

Los criterios pasan por la evaluación de, al menos, los siguientes indicadores de sostenibilidad en el contexto de estrategias organizacionales:

• Un indicador que evaluará la dimensión prestacional.
• Tres indicadores que valorarán la dimensión económica.
• Diez indicadores que valorarán la dimensión ambiental.
• Seis indicadores que lo harán sobre la dimensión social.

Respecto a los procesos de fabricación y del propio producto que hay que certificar, la Marca AENOR N Sostenible evaluará un número determinado por cada sector de indicadores de la dimensión prestacional y ambiental.

A partir de esta premisa, cada sector de construcción e industrial ha identificado los indicadores más adecuados, fijando para cada uno de ellos unos objetivos cuantificables y su peso relativo respecto al total de ellos.

De esta forma, el índice de sostenibilidad de un producto que recogerá la Marca AENOR N Sostenible vendrá dado por la suma ponderada de todos los indicadores evaluados.

Ya que se trata de un índice que se apoya en indicadores basados en la mejora continua de los procesos, deberá ser evaluado anualmente procediendo a su revisión y actualización, en su caso, en función de los resultados derivados de las verificaciones realizadas.

La gestión de la certificación de la Marca AENOR N Sostenible quedará, por tanto, encomendada dentro de los propios Comités Técnicos de Certificación (CTC) sectoriales donde se evalúa la Marca AENOR N.

Para ello, cada CTC constituirá un grupo de trabajo específico que será el encargado de la propuesta de aprobación de los Reglamentos de Certificación de la Marca AENOR N Sostenible, la evaluación de los expedientes y propuestas de concesión, suspensión o anulación.

Una vez revisada la documentación por parte de AENOR, se procederá a realizar una visita al fabricante. Durante esta visita se verificará que los valores para cada uno de los indicadores declarados en la información inicial se confirman a través de las evidencias adecuadas, emitiendo el correspondiente informe de evaluación.

Si las evidencias aportadas no se consideraran suficientes, se procederá durante el proceso de evaluación a recalcular el valor del índice de sostenibilidad correcto que deberá ser consensuado por el fabricante.

Tras la realización de la visita, la secretaría de CTC correspondiente preparará el informe para ser evaluado en un grupo de trabajo específico del propio comité y, si procede, se eleva la propuesta de concesión de la Marca AENOR N Sostenible.

Una vez concedido el certificado, y durante su periodo de validez, se realizarán evaluaciones anuales con el objetivo, tal y como se ha citado anteriormente, de comprobar si el valor del índice se mantiene o debe ser actualizado apropiadamente.

El sector de iluminación está vinculado desde sus inicios, hace más de 100 años, a la Economía Circular. Desde que Thomas Alva Edison pusiera en el mercado la primera bombilla incandescente con un consumo de más de 100 vatios hemos ido reduciendo paulatinamente ese consumo gracias a la utilización de nuevos materiales y tecnologías. Esto ha propiciado que hayamos ido evolucionando desde las tecnologías más conocidas, como la fluorescencia y la descarga, hasta llegar a tecnologías nativas digitales como las actuales lámparas y luminarias led.

Pero nuestra ligazón con la Economía Circular va mucho más allá del ahorro energético. Se han desplegado eficientes sistemas de recogida del residuo, que están apoyados económicamente por los propios fabricantes. Asimismo, seguimos avanzando en conceptos como reparability y serviciability. Con el primero se propician, por ejemplo, nuevas soluciones ligadas al ecodiseño. Por su parte, la serviciability  tiende a prolongar la presencia del producto en el mercado; ahí tenemos el led, que puede alcanzar 15.000 o 20.000 horas de uso.

Por ello, el lanzamiento de la Marca AENOR N Sostenible es una necesidad del sector que está avalada por la apuesta de los fabricantes por otras Marcas N de seguridad y que facilita vigilancia de mercado desde hace más de 20 años. Ahora, esta nueva marca suma valor a los productos y compensa los esfuerzos de inversión en I+D+i que se están llevando a cabo en el sector para conseguir nuevas fuentes de luz.

La Marca AENOR N Sostenible afianza y pone en valor la tecnología y el esfuerzo de las empresas, que debe verse recompensado en el mercado. En mi opinión, esta nueva certificación ofrece la confianza de que los productos que se comercializan cuentan con unas condiciones de calidad y sostenibilidad avalados por una entidad de prestigio como es AENOR.

La certificación de sistemas ha mostrado una continua evolución a lo largo de los años y ha ampliado su ámbito de actuación desde los tradicionales esquemas de sistemas de la calidad, hasta los más recientes relacionados con cumplimiento y buen gobierno, responsabilidad social corporativa o tecnologías de la información, entre otros.

Sin embargo, la certificación de productos ha permanecido mucho más estable y sin cambios significativos desde su creación, centrándose en aspectos de carácter tradicional como la seguridad o la aptitud para la función de los productos. Toma especial relevancia, en consecuencia, el desarrollo de un novedoso esquema de certificación de producto como es la Marca AENOR N Sostenible.

En un nuevo entorno social, en el que cobran especial relevancia para los consumidores aspectos medioambientales asociados a los electrodomésticos (ecodiseño, índice de reparabilidad, pasaporte digital de producto, índice de durabilidad, etc.) están continuamente apareciendo nuevos desarrollos legislativos en el ámbito europeo (paquete “Fit for 55”, Iniciativa de Productos Sostenibles SPI, Derecho a Reparar); pero también novedosos conceptos relacionados con futuros modelos de negocio y de comercialización de productos.

El sector de los electrodomésticos dispone de gran dinamismo desde el punto de vista legislativo, con una elevada visibilidad para los consumidores y con una fuerte competencia en el mercado entre múltiples actores. Por ello, el desarrollo de la Marca AENOR Sostenible constituye un gran avance no solo por lo novedoso de su contenido, sino también por la ruptura que supone sobre los esquemas tradicionales de certificación de productos. Será indudablemente una perfecta herramienta como medio de potenciación del compromiso medioambiental de las empresas y de sus productos para los consumidores.

La sostenibilidad es actualmente y resultará en el futuro un elemento clave en la identidad de la Industria y, en nuestro caso, del sector cablero.

De entrada, nuestros estatutos asociativos contemplan ya desde hace años, la sensibilización y el compromiso de nuestros fabricantes de cables e hilos de disponer de sistemas de aseguramiento de la calidad adecuados a la Normas de la serie ISO 9000.

Los fabricantes y compañías que integran FACEL mantienen un compromiso de responsabilidad, sensibilización y respeto a la salud y al medio ambiente, incorporando productos que favorecen y potencian su seguridad y sostenibilidad. El objetivo, entre otros, es disminuir la huella de carbono entre la fuente productiva y el usuario final. Es decir, fomentar la sostenibilidad ambiental.

La tecnología cablera es clave para impulsar la transición energética y digital, ofreciendo soluciones innovadoras de eficiencia energética, más seguras y potenciando un modelo de crecimiento sostenible.

Como conclusión, FACEL apoya y considera la gran oportunidad que supone el lanzamiento de la Marca N Sostenible, especialmente la certificación que pueda conllevar implícitamente el proyecto del Edificio Sostenible, incluyendo la renovación de sus instalaciones eléctricas.

Hace ya 15 años que el sector siderúrgico entendió la sostenibilidad desde su triple enfoque, social, económico y ambiental, como una decisión estratégica empresarial. Un compromiso voluntario que, como una lluvia fina, debe de calar en toda la organización.

Para ayudar a las empresas a alcanzar este compromiso, Calidad Siderúrgica desarrolló un modelo basado en la mejora continua voluntaria, más allá del cumplimiento de la legislación vigente, materializado en la implantación de un sistema de gestión de la sostenibilidad conforme a la Norma UNE 36901 Sistemas de gestión de la sostenibilidad siderúrgica.

Este modelo puede ser medido anualmente de manera objetiva y verificable por un tercero independiente a través de un sistema de 150 indicadores económicos, sociales y ambientales.

Se trata de un sistema de gestion e indicadores, que están adaptados a distintas clases de acero y productos transformados. Actualmente, 16 fábricas siderúrgicas de cabecera han apostado por este modelo voluntario, medible y verificable; de ellas, 13 están situadas en España, dos en Portugal y una en Alemania.

El lanzamiento de la nueva Marca AENOR N Sostenible viene a reforzar este compromiso del sector siderúrgico con la sosteniblidad. Esta iniciativa constituye una ampliación de la actividad que llevan a cabo los comités técnicos de certificación como herramienta para facilitar la comprensión, adaptación, implantación y cumplimiento de los requisitos establecidos por parte de las organizaciones que cuentan actualmente con este reconocimiento. En definitiva, se trata de una herramienta de generación de cofianza en la cadena de valor del proceso constructivo.

La Marca AENOR N Sostenible es un valioso apoyo al reto del sector siderúrgico que consiste en conseguir que esa lluvia fina de la sostenibilidad, medible y verificable, empape a toda la cadena de valor del proceso constructivo, desde el diseño y fabricación hasta la promoción, pasando por la transformación y ejecución. Pero también en el eslabón más decisivo, que es el usuario final. Este que, en definitiva, es quién con sus decisiones de compra, basadas en criterios de responsabilidad social, inclusividad o impacto ambiental, tiene la capacidad de decantar la balanza hacia aquellos productos y servicios que respondan a su compromiso con los valores que hoy día demanda la sociedad.

La sostenibilidad no puede separarse de las prestaciones. Así está definido en el Anejo 2 del Código Estructural donde se define el Índice de Contribución de la Estructura a la Sostenibilidad, ICES, y en el que los índices prestacionales cuentan con el mayor peso para todos los agentes implicados.

Las prestaciones en los materiales de construcción son fundamentales, no puede ser de otra manera. En algunos casos no pueden encontrarse alternativas a materiales tales como cemento, acero, vidrio o cerámica. Ni en términos técnicos: durabilidad, fiabilidad estructural, seguridad y resiliencia; ni en térmicos económicos: coste, accesibilidad, ser materiales locales etc.

Este hecho representa una responsabilidad añadida sobre cómo los materiales más intensivos en el consumo de energía debemos afrontar el compromiso con las políticas de circularidad y descarbonización. Y debemos hacerlo de manera proactiva. Con compromisos firmes, como la Hoja de ruta de la industria cementera española para alcanzar la neutralidad climática en 2050, que va a suponer una transformación completa del sector a medio-largo plazo, pero sin olvidar los enormes retos a los que debemos enfrentarnos simultáneamente, como los actuales precios energéticos.

Nuestro compromiso debe adelantar los pasos para disponer de cementos bajos en carbono, manteniendo la excelencia en prestaciones de siempre. Los cementos de la nueva Norma EN 197-5 deben con urgencia ser incluidos en el Código Estructural de manera que permitan bajar considerablemente la huella de carbono inicial de los activos construidos. En esta línea, incorporar criterios de sostenibilidad en los productos es uno de los pasos que el sector está afrontando con la incorporación del ICPS en la Marca AENOR N de cementos. Conseguir infraestructuras más sostenibles está en la mano de las Administraciones promotoras de obra pública. El cemento está preparado para suministrar cementos con la máxima calificación en materia de sostenibilidad, así como una nueva generación de cementos bajos en carbono con la misma garantía de fiabilidad y durabilidad de siempre.

El Código Estructural publicado en el BOE mediante el Real Decreto 470/2021 de 29 de junio y que entró en vigor el 10 de noviembre de 2021 sustituye, entre otras, a la Instrucción EHE-08 que se ha aplicado durante más de una década. Así, supone una nueva etapa en el diseño y la construcción de las estructuras para edificios y obras de ingeniería civil.

En esta nueva reglamentación, además de mantener los Distintivos de Calidad Oficialmente Reconocidos (ahora denominados DCOR), aparece un nuevo distintivo voluntario denominado DSOR (Distintivo de Sostenibilidad Oficialmente Reconocido), que pretende evaluar la contribución a la sostenibilidad de los diferentes productos, agentes y procesos que intervienen en una estructura (el denominado ICPS) mediante la certificación por tercera parte de dicha contribución a la sostenibilidad.

Para una empresa como General de Hormigones, donde la apuesta por la calidad de sus productos y la excelencia en el servicio ha sido una máxima desde su fundación, el desarrollo sostenible entendido como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades, es actualmente una prioridad ante la creciente demanda social que pone el foco sobre este particular en nuestro sector.

Con objeto de ir introduciendo esta nueva certificación DSOR en nuestros productos y procesos, se ha realizado una auditoria piloto con AENOR de la nueva Marca AENOR N Sostenible en la que hemos podido evaluar los diferentes aspectos que engloban la certificación DSOR (prestacionales, económicos, medioambientales y sociales), así como el peso que cada requisito en sus distintos apartados tiene en la certificación. Esta auditoría también nos ha servido para fijar por ambas partes las evidencias de cumplimiento que serán necesarias para las futuras auditorias de esta marca.

Ha sido una experiencia muy positiva en la que tanto General de Hormigones como AENOR han aportado experiencias y conocimientos para ir haciendo camino en esta nueva certificación de Marca Aenor N Sostenible que, sin duda, cogerá gran peso a medida que se vaya implantando el CodE21.

General de Hormigones, de la mano de AENOR, busca aportar valor a sus clientes en la creciente demanda de sostenibilidad en construcción con hechos certificados de su contribución al ICPS.