Teresa Ferrández
Responsable de Comunicación
Asociación SALIMAR
La Asociación de Salinas Marinas (Salimar) ha puesto en marcha una iniciativa sectorial con el objetivo de visibilizar y poner en valor el proceso productivo de la sal marina que aún para muchos sigue siendo un gran desconocido.
Así, la sal marina mostrará en los lineales de los supermercados un el sello 100% sal marina, certificado por AENOR, lo que permitirá al consumidor identificar su origen natural, su sostenibilidad, su contribución a la conservación de oficios tradicionales y su capacidad para generar biodiversidad.
La producción de este mineral, imprescindible en muchos sectores productivos, se basa en la conducción de agua del mar por un circuito de lagunas. Gracias a la acción del sol y del viento, el agua se va concentrando y aumentando su salinidad, hasta que se forma la sal en las lagunas denominadas cristalizadores. Cuando hay una capa de sal acumulada la recolectamos, normalmente hacia final del verano.
El sello 100 % sal marina engloba todos los beneficios de este proceso productivo a través de un referencial avalado por una entidad de gran recorrido como es AENOR.
Beneficios de la actividad de las salinas marinas
Certificación de AENOR
A través de un riguroso proceso de auditoría, AENOR comprueba en cada organización la conformidad con el conjunto de buenas prácticas y procesos tradicionales contemplados en esta certificación, así como con los requisitos de identificación y trazabilidad de aplicación durante todas las fases amparadas por la certificación, desde la producción hasta el envasado de la sal.
Las auditorías las realiza personal auditor experto y en ellas participan en una primera etapa todas las empresas asociadas a Salimar. Una vez superadas, el proceso de evaluación culmina con la entrega del certificado, momento a partir del cual es posible hacer uso del sello 100 % sal marina sobre el producto certificado.
Video. ¿Cómo se produce la sal marina?
Valor añadido para consumidores y empresas
Los productores de sal marina que deseen sumarse a este nuevo certificado podrán identificar en sus formatos comerciales la singularidad de las salinas marinas para darla a conocer entre clientes y consumidores. Además, contribuye a aportar una mayor transparencia respecto al origen de la sal marina para así poder valorar adecuadamente el enriquecimiento del entorno en el que se produce.
En definitiva, lo que se desconoce no se puede apreciar y pasa desapercibido. Y, en una época en la que el consumo de proximidad, lo natural y el respeto al medio ambiente son esenciales es fundamental dar a conocer el valor que aportan las salinas marinas.
Los productores que obtienen el sello 100% sal marina articulan, de una manera pública, un compromiso firme por mantener los cimientos en los que se asienta todo este know how, como un elemento más que, seguro, contribuirá a su preservación.
Por su parte, los consumidores pueden conocer los beneficios de este mineral, así como las implicaciones positivas que tiene la elección de la sal marina y el listado de las empresas que ya cuentan con el certificado AENOR.
Hay que recordar que la sal marina no se usa únicamente en la industria alimentaria y en el ámbito doméstico, como ingrediente básico en las cocinas. También tiene un creciente protagonismo en el tratamiento de agua (para descalcificación o desinfección de piscinas) y un uso muy extendido para el deshielo de carreteras, entre otras numerosas aplicaciones.
¿Conoces los productos con el sello 100% sal marina?
AENOR comprueba la conformidad con las buenas prácticas y procesos tradicionales contemplados, así como con los requisitos de identificación y trazabilidad de aplicación, desde la producción hasta el envasado de la sal
La sostenibilidad como eje vertebrador
Detrás de un paquete de sal marina hay un mundo por descubrir que gira en torno a tres elementos básicos de la naturaleza: agua del mar, viento y sol. Estos tres ingredientes son la base de todo, sumados al saber centenario de las salinas marítimas y a su patrimonio ecológico.
Los humedales de aguas salobres fruto de la actividad salinera son entornos de elevado valor ambiental, ya que constituyen reservorios de vida, principalmente de avifauna, con el flamenco precisamente como símbolo más icónico y que protagoniza el logotipo del sello 100% sal marina. Pero también destaca la presencia de numerosas especies de peces, crustáceos, invertebrados, insectos, reptiles, plantas y microorganismos que conviven en armonía con el hombre en una simbiosis única entre industria y naturaleza.
La presencia de estos seres ayuda a la producción de sal marina y, viceversa, el mantenimiento de las enormes extensiones de agua les aporta cobijo y alimento. Pocas industrias pueden presumir de este extraordinario equilibrio biológico.
Muestra de este compromiso con el planeta es el hecho de que las salinas marinas españolas están declaradas como parques naturales, miles de hectáreas de terreno protegido que también son reconocidas ZEPAS (Zona de Especial Protección para las Aves) por la Unión Europea y están incluidas en el listado de la Convención RAMSAR que recopila a los humedales de mayor relevancia internacional.